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domingo, 3 de abril de 2011

El mercadillo de Santa Pola

Dada mi inminente partida a Berlín en busca de una nueva vida, quiero hoy escribir algunas palabras de uno de los sitios más maravillosos del mundo. El mercadillo de Santa Pola.

Creo que es uno de los mercadillos más grandes que he visto en mi trajinada vida, y desde aquí os animo a visitarlo, no sólo para contemplar los espectaculares montones de ropa que allí se exponen, ni para comprar un kilo de tomates de la huerta murciana, sino también para contemplar a sus gentes. Nunca un sitio me había inspirado tanto arte junto.



Es un ir y venir de señoras sesentonas de pelo tintado, con chandal y botín, que arrastran carritos de la compra (los ROLSER de toda la vida). Qué sería un mercadillo sin estas señoras. A mi me encanta mezclarme entre ellas, oir sus conversaciones, verlas con su cigarro en la mano y sus labios ultrapintados de rojo putón.... todas esas cosas que las hacen tan peculiares, tan ellas.

Una de las primeras cosas que hice en cuanto me independicé fue comprarme un carro ROLSER. Negro, con la tapa de cuadros verdes y blancos. Me encantaba ir los sábados por la mañana con mi ROLSER al mercado, sentirme una más de la manada..... creo que en aquellos días me hubiese inscrito al programa de reasignación de sexo sólo por sentirme como ellas.



Y es que hay cosas que sólo las mujeres pueden tener.
Un buen tacón, o una goma del pelo, un buen abrigo de visón, o enjoyarse viva y pintarse como una puerta sólo para ir al MERCADONA. Esas cosas sólo las puede hacer una mujer.
Lo mismo que pegarse un buen cardado de pelo y mantenerlo con dos kilos de laca. Eso sólo lo hacen las buenas señoras.

El mercadillo de Santa Pola está junto al Cementerio Municipal y junto al Ambulatorio del pueblo, súper estratégico. Resulta curioso que entre la enfermedad y la muerte se encuentre el mercadillo, curiosísimo.
La verdad es que no sé que pensarán los "guiris" que visitan nuestra maravillosa población, pero creo que no sabrán que el cementerio es un cementerio, porque allí a los muertos los entierran en el suelo y tiene todo como mucho césped y aquí tenemos nichos (que dicen que son más higiénicos). No sé, yo creo que no saben lo que es. Creo que en el fondo ellos quieren sentirse también señora. Algunos están como súper integrados y los ves con su ROLSER.



Y es que en ningún lugar del mundo a las 10 de la mañana con una temperatura envidiable y al aire libre podrías comerte unos churros con un café con leche mientras contemplas el puesto de bragas y medias (que te queda justo enfrente) y Juanito (el hijo de la gitana de los abanicos) te pincha María la Portuguesa y el que viva España de Manolo Escobar. Eso sólo se puede hacer en SANTA POLA.

A mi es que me encanta.

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